La competitividad en el mercado está más fiera que nunca. Cada sector está arrasado por una infinidad de empresas y todos compiten por la misma clientela. Esto empuja a los empresarios de éxito a buscar ese factor “X” que les ponga por delante del resto. Entonces surge la pregunta: ¿qué mejorará la productividad laboral?
Pueden realizarse ajustes a diversos niveles de la estructura empresarial pero uno de los que suele caer en el olvido quizá sea el más importante: el de los empleados. El organigrama corporativo – ya sea horizontal o vertical – se compone de los activos más valiosos de la empresa y debes tratarlo como tal.
Los empleados son los responsables directos de la productividad laboral. De su desempeño depende el éxito o fracaso empresarial. Si quieres que su actividad no decaiga te damos dos consejos:
Trabaja la motivación dentro de la empresa
La motivación es un proceso complejo pero es el que dotará de energía a tus empleados para ejecutar su oficio. Es clave que trabajes aspectos motivacionales en tus trabajadores. Usa motivos externos (incentivos económicos, reconocimiento social – el mejor trabajador del mes/semana –,…) o motivos internos (plantearse como reto personal el conseguir un ascenso, incrementar su porcentaje de ventas, …).
Mejora la cohesión grupal
Pese a que la motivación individual ya tendrá un efecto muy positivo en la productividad, el trabajo en equipo ayudará aún más. Que tus empleados se perciban como un todo y no una suma de individuos hará que el trabajo sea más fluido y eficiente.
Una buena forma de mejorar la cohesión grupal es realizar alguna actividad todos juntos en la oficina (un juego o alguna dinámica). O mejor aún al aire libre. Hay centros que desarrollan sesiones de coaching corporativo para mejorar el trabajo en equipo, la cooperación y la comunicación. ¡Además es muy divertido!